Tengo ganas de escribir tanto
pero no puedo respirar. He estado muriendo hace largas horas y sólo puedo
pensar en que no encuentro una razón para la vida. La muerte siempre ha
parecido tan atractiva e interesante. Quisiera vibrar con cada fibra de mi ser,
pero nada me emociona, me he vuelto uno de esos mártires indiferentes que todos
admiran pero nadie ama. De aquellos que todos valoran, pero nadie conoce. De
igual forma no me importa.