Encontrarte cuando caminaba solo, fue encontrarte entre la gente. Sin buscarte una tarde te apareciste entregándome la paz. Me diste risas, te robaste mi corazón y endulzaste mi dolor. Estuviste en mi peor canción, fuiste la luz en mi oscura habitación.
Te convertiste paso a paso, sonrisa a sonrisa, en la tercera gaviota, esa que vuela y no lo nota. Y llegaste a ser, el regalo del regalo, lo que no esperaba, lo que siempre añoraba, lo que nunca imaginaba pero siempre lo soñaba.
Apareciste añil entre la gente, recordándome el pasado, tomándome la mano. Y saliste así del sombrero de Mago, prohibiéndome el llanto y el cansancio, con tu sola sonrisa, de luz llenaste mi cántaro.
- A M E -
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