Revisando distintos blogs de aquí y de por allá, llegué a una alucinante y casi newtonesca conclusión, ¿Qué diferencia tiene mi blog con el resto de los que hay por allí?
La respuesta es absolutamente clara. No tiene absolutamente ninguna diferencia, son palabras con locuras sin aparente sentido, sin una concordancia lógica, palabras sueltas que toman un sentido para quien quiera encontrarle, pero que harían que a mi profesora de Lenguaje le diera un paro cardiaco. Pero bueno la principal deducción de esto es que al tener este blog me incluye en un grupo de gente que hace algo idéntico a mi. En esto soy uno más del montón. Lo cual es, dada las circunstancias una jodida bendición.
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