Se que existes, te he visto escabullirte entre los sueños más anhelados
Te has colado entre la niebla
Lejana, perdida.
Pero te he visto y te veo
A cada segundo te siento, te huelo
El día del gran retorno
Cuando el ave vuelve a su nido de estrella.
Te he visto correr por ahí
Esconderte en los rincones oscuros
Lejos aun de mi luz
Cerca y muy adentro aun de mi corazón.
Me has sonreído al pasar
Ignorando aun el pasado que nos cobija
Y el futuro que nos aguarda paciente.
Escuché tu susurro una tarde
Y fue escuchar las vibraciones del pasado
Volviendo a mi mente
Los recuerdos de los antiguos latidos
Que cantaron para ti.
Fueron tus ojos y tus labios
La sonrisa de cristal, eternamente idiotizante
Te vi y supe que estaba en presencia de
Mi propio Ángel.
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