Con ojos gigantes y bellos me atrapaste una tarde, no pude vencer ni oponer resistencia, a tu abismo perdido un día simplemente me lanzaste. Y en la eterna caída, me tomaste la mano y me mostraste tu mundo. Aprendí de Magos y trucos, de coqueteos y miradas, de tus labios el deseo. Y me críe con los Lobos y supe lo que significaban y cuan poderosos eran.
Y Aunque a menudo te escondías, siempre aparecías para volver a atraparme, para asfixiarme en tu perfume, en tu aroma de mujer. Para embobarme con los latidos de tu pecho, para hacerme sentir un pequeño en tu regazo y un gigante cuando te tenía entre mis brazos.
Y encadenado a tus encantos, a tus ojos que en su mirada yo decanto, me encontré con mi esencia, aprendí de las letras, a escribirte mil lamentos, a contarte lo que siento, a gritarte mis Te Amo, a decirte lo que es cierto. Y en tu abismo, yo cayendo comprendí que la vida no es desierto, sino un millón de errores y algunos aciertos.
-Para ti, que solo tú, podrias comprenderlo-
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