Te busqué en las mareas altas, cuando el sol se escondía.
Te busqué en los arco iris, con eso de las ollas de oro y los duendes irlandeses.
Te busqué en las mañanas somnolientas y en las noches eternas.
Pero estabas enfrente de mí
En la punta de mi nariz, al alcance de mi mano
Y tanto esfuerzo parecía Vano.
Pues siempre estuviste a mi lado, contemplando mis manos
Besando mis labios entre sueños
Y no te quise nunca ver
Porque soy un menudo tarado y eso por ahora esta bien.
Porque al fin del final, sin fin
Te enfoque entre tanta cosa lejana.
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