Deambulé por allí, caminando entre gentes, pensando en este mundo ajeno
Al que tanto amé, miraba las aves, contaba los días, y ya eran
Horas sin sentido la verdad… Pero apareciste allí, con ojos de musa, devolviéndome
Ilusión, despertando mi adormitada esencia, recordándome el sonreír y
Aunque tú no hiciste nada y no te percatas de cuanto lograste, te digo que
No fue tu acto, si no el ángel que debe sonreír en tu rostro, lo que me despertó.
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