Caminé por la orilla de los bordes, sin caer,
Me mantuve en silencio,
Con los ojos a medio cerrar
Pensando en que demonios habría que extirpar.
Sucedieron los días con vertiginosidad
Aparecieron desconocidos que conocía
Me dieron unas sonrisas
Les llegué a Amar.
Me senté a mirar las nubes
La deseaba negras, que me llovieran
En la frente
Para poder descansar.
Me acerqué a las posas
Corrí pisando los charcos
Sonreí porque la vida, aunque en un mundo triste
Es bella porque aún hay artistas, aún hay Amor.
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