Me gusta el árbol solitario, el que nace lejos de todo y vive entre pasto y solo con él. A este ajeno perdido nadie le da sombra, porque no vive en un bosque, ni lleno de compañeros. Solo él da sombra y los que se arriman se sienten aliviados. Pero el Sol le da en la espalda y nadie jamás nunca lo riega. Él Vive de las lluvias son su Dios, su salvador.
El Árbol solitario no tiene muchos recuerdos, ni viene a juzgar a los que pasan por su lado, él da sombra sin ver a quien, por eso sirvió a traidores y mentirosos, tanto como a buenos señores.
EL Árbol aquel no se inquieta demasiado, mientras estaba ahí parado, pasaron vientos y huracanes, él solo cerro sus ojos y los miró. Pasaron también muchos hombres, personas y niños, se arrimaron a su sombra y les amo, pero algunos fueron más que otros, algunos le hacían sentir bien, pero todos hasta el más fiel tarde o temprano lo dañaron, le robaron sus hojas y nunca le dieron una de ellos, le cortaron sus ramas y las quemaron como a un brujo, incluso la pequeña más hermosa que siempre le visitaba, un día se enamoró y con un cuchillo talló en su tronco un corazón… el árbol no se quejó, solo cerró sus ojos y jamás los volvió a abrir…
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