Ya he perdido la gracia, ni para escribir tengo ya la magia. Algún jodido día pensé en tener la divina potencia de encantar el mundo, pero ya no quedan ni vástagos del que fui. Es que esta gente marchita hasta la flor más viva y pudre hasta el aroma más bello. Menudo mundo en el que me vine a parar.
Había una que dijo que tenía el don de ver lo bello hasta en lo más oscuro y torcido, pues ahora veo lo más oscuro y lo más torcido en todo lo que antes era bello, que mundo habéis criado y que mundo os comerá los ojos.
No ya esta, me he cansado. Ahora salvaos vosotros!
Se ha marchitado el color, me han dejado en blancos y negros, me tragaron, ya no hay canalla ni profeta, se me ha agotado el corazón. El espíritu se quebrantó y como más puede el que camina que el que se arrastra, llegaré tarde al último encuentro, ya ni recuerdo seré, libres de la historia, solitario en silencio, como mis colegas, en felicidad saltaré, por entre las flores, las aguas y los niños.
Bonjour amados, Namarië bendecidos.
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