En este mundo de tantos mares y océanos, de la sobrepoblación torpe amante de las aguas y los brillos, debo rescatar a la siempre oportuna y majestuosa sublimidad de un mal enfocado Desierto. Tanta arena y sol, sumado a un viento que grita en tus oídos ha sido por años negado y olvidado, pero no se si sois vosotros o cualquier otro, los que reclaman y alaban las ocasiones en que ven las estrellas, enterense manga de ignorantes, corderos sin rebaño que en los desiertos es donde hay más estrellas, gritando, cantando y bailando al ritmo del silencio.
Desiertos eternos, desiertos sin fin, la más preciada joya olvidada en el mundo sin porvenir.
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