Los pequeños no son dueños de su camino, sin embargo tienen el poder de iluminar mi sendero. Es curioso hasta hoy los niños no me habían conmovido ni a mitad de ¾ pero es sorprendente lo supremo de su poder y lo minúsculo de su fuerza. Es asombroso lo que una sonrisa, la de una pequeña joven de unas 10 primaveras puede y pudo lograr. Su naturalidad, bondad y simpleza, me lograron conquistar, renovar mi espíritu, hacerme creer, volverme a encantar, con esta raza jodidamente perdida. Pero esos niños, ver sus ojitos brillar, su ilusión, su ingenua esperanza, te hace pensar… y me vale un rábano el mundo que sois, yo seguiré luchando y salvaré este condenado planeta con gusto, porque esos pequeños algún día hagan de esta tierra, su propio sueño de infancia.
1 comentario:
Son lo mejor de este mundo!
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