Aquella fue una mañana diferente, sentía en el ambiente que no era lo mismo. Pase buena parte de la tarde durmiendo, sentía que algo rondaba en el ambiente, y lo hacia pesado y denso. No recuerdo bien pero la noche llegó casi sin aviso, y me sorprendió aún con el cansancio de la jornada anterior. Cerré mis ojos y mientras me perdía dentro de mi conciencia, aparecían frente a mis ojos muchas luces, seguían estando cerrados mis parpados, pero las veía. Mi televisión que aún estaba prendida, dejó de funcionar, mi reloj también se detuvo, eran las 3:13 am. Me desperté algo adormilado, y vi como esa luz se acrecentaba, había un vacío absoluto, un silencio aterrador. Mi propio cuerpo empezó a levantarse de mi cama, solo, atraído por esa luz, pasé por sobre todo, era como si dentro de esa luz mi cuerpo no tuviese consistencia, atravesé techos y cemento. Me llevaba hacia el cielo, ellos estaban ahí…
Esa fue la primera vez… pero no la única.
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