El Silencio se cierne sobre el frío abismal, la noche miente a los ingenuos que tratan de salir a la libertad, el peligro acecha donde la calma prima. Las voces lejanas vienen a mi mente a cantarme el cuento de la falsa lealtad… la orden oscura, con muerte y llanto prometen futuro si yo doy caída al victimario, gota a gota la sangre por sangre será cobrada aunque el precio sea oneroso.
La voz del pasado que domina los instintos, los bajos deseos, la rechinante palabra del fuego, quemante, asfixiante, demanda el juicio por fuerza y no por rectitud, ordena que imponga mi hoz, cegando la mentira con dolor… A precio elevado sus culpas, tendrá el vengador.
El grito del ángel negro retumba en mi interior, oscura llama que ha implantado en mi corazón resurge en cenizas, y el aullido decreta que tome mi sitio como el acusador, que desnuda al condenado a percibir su propia depravación…
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