Hoy desperté con el ruido de la lluvia en mi memoria, soñé que las gotas me alcanzaban con su aroma de Dios, sentí alivió durante unos segundos, el dolor había desaparecido mientras me abrazaba mi señor. Tanto sinsabor terminó esa tarde por hacerme gritar en silencio, luchando por dentro con el agobio y la fatiga, a veces no se entiende bien donde se quiere llegar. Como ya había abierto un ojo, decidí despertarme aún en la penumbra de una mañana, me silencié esperando escuchar gotas del cielo azotarse con el suelo, pero no había remedio, solo había sido un sueño. Me moví un centímetro y el dolor aún seguía acunado en mi cuerpo… se reía la desgracia de la vida, mientras yo le sonreía al futuro, sabiendo que la lluvia ya vendría.
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