Dios esta en lluvia, solía decirme un antiguo amigo, él era uno de esos extraños bichos raros que por desquiciados que sean terminan encantando y acaban poseyendo una menuda sabiduría muy probablemente innegable.
De él ya no se mucho, desapareció un día, como gustaba de hacer siempre, la última vez que le vi, se notaba mucho más oscuro, ya no era el mismo ángel radiante que era, quizás la vida le pasó la cuenta, o tal vez su trabajo fue muy duro y terminó por endurecerlo. Por apagarlo. Han pasado muchas lunas ya desde la última que nos vimos, y solo me queda un tenue recuerdo de su magia cuando llueve y entonces recuerdo que el decía, que Dios estaba en la lluvia… nunca lo entendí realmente.
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