No pintaría de color verde las hojas de un árbol, ni azul el agua de un río, simplemente porque he comprendido que todo lo que nos enseñaron, durante toda nuestra existencia no es más que una mentira, una mera ilusión, no vemos más que la sombra de las verdades y por eso, no me atrevo a decir con certeza que el limonero me dará limones ni que el reloj diga la hora. Entendí que mi vida no es para que me la cuenten, es para vivirla y que nunca debo negar nada que no sepa, ni tampoco creerlo hasta que yo mismo lo haya comprobado, simplemente porque nadie aún logra ver el todo. Por eso, porque vivimos en el mundo de la ilusión, en la tierra de la mentira y la muerte, debemos darnos cuenta que no importa nuestro dios, ni mucho menos que libro sagrado leemos, son todos una misma realidad… Cuando logré unir los cabos sueltos de las religiones comprendí que Dios estaba en mi, era cada milímetro del universo y que era la energía única y poderosa de la que emanaban muchas otras energías. Y Comprendí que los “malos” son parte de esta ilusión, que no importa si es Satanás o Káli, ellos son realmente parte de este plano de ilusión físico, que su única misión es despertar nuestros impulsos más profundos y destructivos para superarlos.
Logré ver que no había ninguna diferencia entre unos y otros, que todo era un mismo plan existente desde siempre, que simplemente nada aquí era cierto, me di cuenta que estoy dentro de esta ilusión, y que no importa en cuantos dioses creamos, ni en cuales, lo cierto es que hay una energía eterna suprema, y que hay emanaciones de esta misma, que son dioses, y hay emanaciones y emanaciones y todas son dioses y todas son una misma, hasta llegar a nosotros, a ustedes… somos dioses, somos dios, somos una gota del mar, podemos crear y destruir, crecer y mejorar, elegir e imponer. Somos el todo, Somos UNO. Logré entender que todo era cierto, pero nunca lo comprendimos, si éramos hijos de Dios, si había otros dioses, si había otros mundos, si había otros seres, entonces adiviné que dios no se preocupada de lo que hacíamos, ni interfería en nuestras vidas, porque simplemente todo lo que hacemos, nos lleva a él. Porque Somos Dios. Somos Inmortales y sólo cuando logramos salir de la ilusión de la vida y no regresar más, nos fundimos en UNO con la energía suprema. Todo era verdad, menos lo que nos enseñaron, cuando nos dijeron que debíamos elegir en vez de unir. Todo era verdad.
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