A Rostro descubierto me arrimé al fuego para ver tus ojos, no tuve miedo de desafiarte la mirada en un coqueteo, sonreíste y entonces nada importó. Me mantuve en silencio, aun cuando siempre tengo mucho que decir, puesto que más habla el tonto que el sabio ¿Por qué? Porque un novato cazador dispara muchas balas para matar al vertebrado que caza, mientras el experimentado y ganador de 3 coronas de Rey matachivos, solo espera el momento justo para con solo una bala enviar al suelo al involucrado. Entonces entre tanta bala y tontos me asomé al balcón donde vivías y te grité un susurro, tú lo escuchaste y te mantuviste quieta porque se te antojaba inquietarme ¼ más.
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