Inspírame con tú sonrisa y tus delicias, inspírame en tu delirio y en todo tu martirio, inspírame con tu amor, inspírame con tu odio, pero no me desligues de esta noche tan tuya. Dame lo mejor que tienes o aunque sea la pequeña gota de tú peor versión, tenme en tu corazón o en tu rodilla, dame un segundo en tu pecho o destruye la verdad con un cuchillo.
Inspírame con tu bondad y con tu poca fidelidad, inspírame en tus mentiras llenas de verdad, llévame al horizonte de los caídos y lánzame al agujero para volar al centro y vencer al príncipe de los condenados. Inspírame con eso de sentir y con eso de hablar, entrégame el peor de tus argumentos y convénceme de la mejor de las mentiras. Condéname al mayor milagro, y destrúyeme con el descanso, perdona mis virtudes y bendice mis letargos. Pero por sobre todo inspírame con este mundo que miran tus ojos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario