Tu mundo de rosas se desmorona, por tu ceguedad de elegir la sensación, te dejas pasar a llevar por demonios disfrazados de palabras. Te creíste ya y aún no es ya, ni es cerca de ya. Pasó una ventisca de viento ventilado y te tumbó porque aún no echabas ni raíces y ya te creías a salvo. Y nunca se esta más en peligro que cuando te sientes seguro. Y se rompió el suelo y te hundiste y perdiste lo único que tenias. Lo único que nunca te falto, lo único que siempre pensaste que estaría, pero se perdió porque tu le ordenaste perderse y no regresar jamás.
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